Lucía Barton de Toledo, también conocida como “Lucha, la luchadora”, es una fogosa mujer de 61 años con mucha pasión. Ella es una voluntaria estrella que dirige la distribución de productos agrícolas del Redwood Empire Food Bank todos los lunes, sirviendo cientos de libras de alimentos a sus vecinos.

Lucía se mudó a los Estados Unidos desde México en 1974, trajo a sus tres hermanos menores a los Estados Unidos y continuó trabajando como trabajadora agrícola y cocinera.

La vivienda asequible fue un salvavidas. “Creo que de lo contrario estaría sin hogar. Vivo aquí en paz. Quiero trabajar, pero no puedo. Hubo momentos en los que quise dejarlo todo; vivir era tal tormento. Doy gracias que estoy aquí. Este lugar es limpio, seguro y bien cuidado.”

La vida de Linda Graham dio un vuelco en enero de 2007, cuando su médico le dijo que tenía un aneurisma cerebral inoperable. Linda tardó 13 meses en recuperarse después de una operación exitosa, pero perdió su trabajo y luego su hogar en Vallejo en el proceso.

Mientras estaba en Sebastopol, un amigo la animó a inscribirse en la lista de espera de Burbank Housing. Luego se enteró de Amorosa Village Apartments en Santa Rosa. El momento funcionó, y Linda ha vivido allí durante cuatro años.

Cuando se le preguntó cómo la vivienda asequible ha cambiado su vida, Linda respondió: “Perder mi trabajo y mi casa fue una lección de humildad, pero nada sucede accidentalmente. Necesitaba recuperar mi confianza y Burbank me permitió esa oportunidad. Gracias a Dios tenía un lugar adonde ir. Ahora puedo ver mi ministerio, mi nuevo llamado”.

Alysza se retiró de su segunda carrera como ministra y antes de eso fue “una de las pocas maestras de secundaria en la década de 1950”. Cuando se le preguntó cómo la vivienda asequible cambió su vida, Alyzsa respondió: “Este lugar es tan hermoso. Visito más a mi familia y veo a mi sobrina en Petaluma durante las vacaciones”.

“Me siento muy bendecida e inspirada por la belleza, los árboles y el jardín aquí. Puedo caminar. Me encanta donde vivo.” Alysza también teje chales de oración en su tiempo libre y ha confeccionado más de 1,000 chales en los últimos diez años. “Todos en Vinecrest tienen uno, a excepción de los nuevos residentes”, dice ella.